Estamos acostumbrados como deportistas a que lo que se
entrena es el cuerpo. Nos sometemos a planes de entrenamiento con cargas
horarias super exigentes todos los días, buscamos kinesiólogos, nutricionistas,
especialistas para hacer plantillas, gastamos fortunas en calzados y vestimenta
especializada, compramos todo tipo de accesorio y suplementos para que nuestro
cuerpo este en óptimas condiciones y listo como una “maquina” perfectamente
regulada a la hora de competir. Nada de
eso está mal, nada que tenga que ver con el cuidado de nuestro “templo”, el
cuerpo, es malo, pero sin dudas si es lo único que hacemos, será insuficiente.
El cuerpo es solo una parte de lo que somos, la más
“superficial” por así llamarlo, es lo que se ve, se muestra, de nosotros
mismos, pero NO ES LA UNICA.
Somos seres completos, dotados de un cuerpo físico, de
emociones, pensamientos y espíritu. Si entrenamos solo a uno de esos aspectos,
nuestro entrenamiento será insuficiente, por exigente y completo que parezca.
Es hora de entrenar también a la mente, con el mismo
hincapié o más que lo que entrenamos al cuerpo.
Como se entrena la mente? Primero y principal, reconociendo
que tenemos una, que los pensamientos que tenemos en todo momento son nuestros,
que no vienen de afuera, sino que nosotros los creamos, y que así como los
creamos, podemos elegir cambiarlos si no nos sirven o nos hacen mal.
Somos dueños de nuestra mente, no “presos” de ella.
Puede pasar que a veces nos sentimos inmersos en una nube de
pensamientos y no sabemos cómo salir de ella, pero lo que tenemos que tener
siempre presente, es que somos los creadores de nuestros pensamientos y que
podemos elegirlos todo el tiempo, el poder está en nosotros y en nadie más.
Si logramos “disciplinar” a
la mente, así como disciplinamos al cuerpo con dietas, planes, y
sesiones de todo tipo, nuestra ventaja al competir (y en la vida en general)
será enorme. Porque estaremos en condiciones de crear los resultados que
queramos a partir de ella.
La mente pasa de ser nuestro mayor enemigo a nuestra mejor y
más fiel aliada.
Repito, la mente puede disciplinarse, podemos elegir lo que
pensamos, tenemos el poder de crear realidades enteras con nuestros
pensamientos. Es solo cuestión de intentarlo, descubrir, probar, perseverar hasta
que un día entendemos sus mecanismos y los cambiamos a nuestro gusto para vivir
la vida que queremos.
Ahora estarás preguntándote, ¿Cómo se disciplina la mente?
Lo primero sería haciendo consciente todo lo que pensamos,
observando en todo momento, y estando atentos a los pensamientos que surgen en
cada situación. Obsérvate, “mirá hacia adentro” y sé honesto con lo que pensas.
En cada situación en la que te encuentres, date un momento
de observación y chequea tus pensamientos,
pregúntate, ¿son útiles para lo que estás haciendo? Te sirven para
progresar? Son pensamientos de creación o de destrucción? Son negativos o
positivos? Sos el protagonista de tus pensamientos o solo pensas en los demás?
Sé un detective de tu propia mente y vas a ver que tenemos
mucho poder dentro de nosotros. Si logramos disciplinar nuestros pensamientos,
no hay límites para lo que podemos lograr.
Desde mi experiencia te puedo contar que el yoga te pone en
evidencia todo el tiempo lo que pensas. Te muestra en las posturas de
equilibrio, como, si tu mente no está enfocada, tu cuerpo no puede mantenerse
firme y estático, en las posturas de flexibilidad, que si los pensamientos son rígidos,
el cuerpo no se flexibiliza, en las posturas de fuerza, si la mente no está concentrada
y “descansando” en su propia confianza, nos derrumbamos y experimentamos el
esfuerzo y el dolor, en todas las posturas del yoga el cuerpo sigue a la mente,
y con esta práctica podemos observarla y empezar a entenderla y ponerla a
nuestro servicio.
Así que te invito a complementar tu entrenamiento físico con
un entrenamiento de la mente, para que puedas no solo lograr tus objetivos
deportivos sino llevar la vida que siempre soñaste.
Lujan Aguerrebere
Instructora de Yoga
http://yogaydeporte.blogspot.com.ar/
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